Fantasía y juego simbólico en desarrollo

En los primeros años de vida, el niño adquiere una imagen mental de las cosas que percibe en el mundo. A cada imagen asocia signos o símbolos que llegan a representarla y que le permiten desarrollar la capacidad de evocar objetos o personas ausentes. La fantasía y el juego simbólico ayudan a los niños a asimilar la realidad de forma lúdica.
La capacidad simbólica del niño se manifiesta a través del juego, la imitación, el dibujo y el lenguaje. Sus actividades, juegos y juegos son una manifestación de eso.
Al jugar de forma espontánea, los niños imitan acciones y situaciones que observan o experimentan en su vida cotidiana, transformándolas según sus deseos e imaginación. Es a través de este proceso real-imaginario que construyen lo real, crean vínculos afectivos y se insertan en la sociedad.
Fantasía y juego simbólico
La fantasía y el juego simbólico, la capacidad de jugar a “hacer creer”, permite al niño recrear ambientes que le son familiares (la casa de muñecas es un ejemplo clásico en los juegos infantiles), imitar el mundo de los adultos ( jugar con médicos, bomberos, policías y ladrones) y revivir situaciones cotidianas (cocinar, ir al parque a jugar).
Fantasía y juego simbólico entre 2 y 4 años
Entre los 2 y los 4 años, el niño vive en un mundo en el que todo lo percibido se acepta como real. La imagen fantaseada se superpone a la realidad, como en un cuento de hadas.
Los personajes imaginados o vistos en los dibujos animados se confunden con la realidad, así por ejemplo, ella cree en Santa Claus y está convencida de que los personajes que ve existen más allá de la pantalla del televisor o la tableta.
El niño vive en un mundo verdaderamente fantástico, en el que la lógica no existe. Los disfraces y las máscaras te permiten encarnar a tus personajes favoritos y vivir tus aventuras, ansiedades y logros al máximo. Algunos niños llevan este mundo de fantasía aún más lejos y crean amigos imaginarios con los que juegan y viven.
El niño de 2 a 3 años sigue siendo muy individualista y se enfrenta muy mal a la invasión de su espacio por parte de otros niños. La relación con otros niños puede complicarse. Su gran sentido de propiedad y dificultad para compartir juguetes, por ejemplo, la lleva a reaccionar con llanto o agresión cuando se los quitan.
Esto quiere decir que, incluso los niños con hermanos de edad similar o que viven con otros niños, eligen jugar solos, aislados, inmersos en sus maravillosos mundos de fantasía. Aunque este comportamiento preocupa a algunos padres, este “egoísmo” es normal ya que el momento de la cooperación y el compañerismo aún está lejos.
Fantasía y juego simbólico entre 4 y 5 años
A partir de los 4 años, el niño desarrolla una visión más real del mundo que lo rodea y se vuelve más tolerante con la presencia de otros niños. Empieza a comprender las reglas del juego social y a darse cuenta de que sus acciones tienen consecuencias, para él y para los demás. Al mismo tiempo, desarrolla una conciencia más segura de quién es usted y su individualidad.
A los 4 años, el niño tiene su grupo de “mejores amigos” que valora mucho. La amistad es ahora de gran importancia. Cada vez más conscientes de las diferencias entre ellos y los demás, esta es la edad ideal para enseñar la tolerancia frente a las diferencias.
Alrededor de los 5 años, el juego es cada vez más cooperativo y los niños adquieren el placer de jugar con otros niños, creando sus propias reglas para las actividades en grupo. Al mismo tiempo, el desarrollo del lenguaje y las habilidades motoras y comunicativas lleva a los niños a nuevos juegos.
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